¿Ser empático me produce ansiedad?

¿Ser empático me produce ansiedad?

¿Te ha pasado que estás viendo una película y no puedes dejar de angustiarte porque estás sintiendo realmente lo que está viviendo ese personaje? La empatía es un talento muy especial, es esa capacidad de ponernos «en los zapatos» del otro, de entender y comprender sus emociones. Pero como cualquier aspecto humano, si lo llevamos a los extremos puede complicarnos la vida.

La empatía no genera ansiedad por sí sola, pero si no logras desconectar de los sentimientos de los demás, esa comprensión se puede transforma en angustia para ti

Volvamos al ejemplo de la ficción.

Personalmente tengo una relación amor/odio con Black Mirror, hay más de un episodio de esta serie que me genera ansiedad (de verdad), es una angustia muy curiosa porque es como si de verdad me creyera que la tragedia estuviera pasando. Tengo una capacidad de conectar con personajes ficticios y de fluir con la historia, pero definitivamente yo decido seguir creyendo y ver la serie. Pero hay un secreto para dejar de sufrir, sigue leyendo.

Hablemos de la vida real.

Soy Psicóloga, me dedico específicamente a ayudar adultos con trastornos de ansiedad y estrés. A diario veo aproximadamente 05 pacientes de múltiples perfiles, pero principalmente adultos jóvenes (25-50 años) que atraviesan crisis complejas en su vida. En consulta he escuchado historias de divorcios, abusos, fracasos, depresiones, enfermedades crónicas, adicciones, despidos, duelos. etc. Pudiera escribir un libro de todo lo que hace sufrir al ser humano.

Yo debo empatizar con ellos. Es imprescindible que yo pueda entender sus problemas, comprender cómo se originan y orientarlos sin juzgar. Y lo logro cada día. Puedo entender a alguien que ha sido infiel, a la madre que le falta paciencia, al ingeniero que perdió el trabajo de sus sueños o a quien esta perdidamente enamorado de un maltratador. Pero llego a mi casa y no siento pena por ellos. No sufro. Pero ahora imagina que no gestionará con éxito mi empatía y que viviera cada uno de estos problemas, seguramente llegaría a casa agotada y entristecida.

Hay varias claves que yo aplico con mis pacientes y mi entorno, te recomiendo ponerlas en practicas con esas personas o situaciones que te generan ansiedad:

1) Normalizar el sufrimiento: Nadie dijo que la vida era fácil, pero a veces la hacemos más complicada de lo que es. El dolor es parte de nuestra realidad, y será parte de tu vida y de la de las personas que quieres. Aceptarlo y aprender a lidiar con él es parte de este proceso de «empatizar sanamente». Obviamente nadie quiere ver a sus familiares sufrir, pero dime la verdad, ¿Le prohibirías a tu hijo montar en bicicleta solo para que nunca se golpee? ¿O dejarías de enamorarte y de querer a alguien por el miedo a que te hagan daño? Somos humanos. Lloraremos y reiremos.

2) Confía en los recursos de tu entorno: Muchas veces «victimizamos» a quienes nos rodean, o ellos mismos se venden desde el rol de la lastima y nosotros como buenos empáticos nos lo comemos todito. Como una esponja nueva, absorbemos todo su dolor. Pero detente a pensar un poco, ¿Con qué recursos cuenta esa persona? ¿Tiene solución sus problemas? ¿Se puede afrontar con otra actitud? ¿Es para siempre su dolor?.

Estas preguntas pueden tener infinidades de respuestas, pero en general ayuda el confiar y pensar que esas situaciones adversas se solucionan, y que los seres humanos tenemos una capacidad de adaptación y supervivencia increíble. De por si ayuda el pensar que esas personas cuentan contigo, si sientes ansiedad es porque posiblemente te importan 🙂

3) Conócete y cuida tu autoestima: Si eres una persona sensible y que conecta fácilmente con las emociones de otras personas, es clave que tu estés bien y fuerte contigo mismo. ¿Cuáles son tus valores?, ¿Tus fortalezas?, ¿Qué características de tu personalidad pueden ayudar a otros?. ¿El humor?, ¿El escuchar?, ¿El ejecutar?. Teniendo un autoconocimiento y percepción clara de ti mismo/a, ES MÁS FÁCIL AYUDAR A OTROS desde acciones que no te desgasten y te quiten energía.

4) Apoya desde emociones más positivas: Si estás sintiendo ansiedad cuando empatizas es porque tal vez parte de ti está viviendo desde las emociones equivocadas como pueden ser el miedo, la desesperanza o lastima. Intenta compartir el proceso desde la compasión, serenidad, calma, esperanza o alegría. Dependerá de cada situación pero definitivamente vale la pena intentarlo.

5) Dosifica: Todos tenemos límites o puntos de tolerancia. Si hay personas o temas de conversación que te carguen emocionalmente, siempre puedes poner límites de manera amable.

6) CUÍDATE TÚ: Si sientes que eres una persona más sensible o que estás en una época de susceptibilidad, debes priorizar TU salud. Descansa lo suficiente, ve a terapia de manera regular y practica actividades que te produzcan bienestar. Si tu no estás bien, es difícil ayudar a otros, o por lo menos en la manera que te gustaría.

7) Racionaliza: Aquí vuelvo al punto de ficción jeje, este es el tip que me ayuda cuando veo alguna película dramática o alguna otra cosa estresante, y es vivir menos desde la emoción y más desde la razón. El instinto es algo importante en nuestra vida y hay quienes lo «sienten más». Pero si quieres sanar tu empatía con los demás, es importante analizar esas emociones desbordadas. El análisis objetivo, la lógica y evidencias son las protagonistas en este paso.

Frases cortas que te puedes repetir como mantras emocionales

No es mi responsabilidad

No puedo salvar a todos

Percibo pero también libero emociones que no son mías

Merezco estar bien, aunque los demás no lo estén

Tengo mis propios pensamientos y emociones

Tengo una conciencia abierta y sin prejuicios

Recuerda que la empatía empieza en casa, contigo. Evita poner las necesidades de los demás por encima de las tuyas y practica la compasión contigo mismo. Posiblemente te de miedo sentirte juzgado o parecer egoísta, pero cuando te empieces a sentir menos ansioso te darás cuenta que la mejor manera de ayudar a otros, es estando bien tu.

Scroll al inicio