Culpa por seguir experimentando ansiedad u otras emociones

Culpa por seguir experimentando ansiedad u otras emociones

Llevas tiempo experimentando malestar emocional, has probado varios tratamientos, miras a tu alrededor y pareces ser la única persona en un hueco sin salida. Te juzgas, te frustras, te sientes en una batalla con tu propia mente. Así se siente la culpa respecto a tu salud mental.

¿Por qué me sigo sintiendo así?

Hay muchas razones por las cuales la ansiedad u otras emociones pueden volver a tu vida, esto valdría la pena analizarlo con tu terapeuta para identificar correctamente el origen. Sin embargo, hay un factor que yo observo que se repite en consulta, y es la autoexigencia y la culpa que experimentamos cuando SENTIMOS.

Y te entiendo porque tal vez llevabas tiempo sintiéndote mejor, has sido comprometido en terapia, lees libros, te cuidas e igual el malestar se atreve a volver 😂

Vamos por partes

Quiero comenzar recordando que no sentir ansiedad más nunca en tu vida es irreal y utópico, es como pretender no volver a sentir amor, rabia o tristeza. La ansiedad es una emoción más de nuestro catálogo, y todas las emociones son VITALES. Que se sientan desagradables no las hace “anormales” o menos importantes, así que recuerda que las emociones no son un “menú” del cual podemos escoger las que más nos convengan.

De igual manera, cuando los pacientes se quejan profundamente de que “la ansiedad ha vuelto”, se quejan más de la forma que del fondo, es decir, es posible que sientan que ha regresado el pánico, el insomnio, la fatiga, la obsesión o cualquiera de las facetas más desagradables de la ansiedad. Entonces se percibe como una recaída, como volver al punto de arranque, donde nos sentimos vulnerables y desesperanzados.

Las consecuencias de la culpa:

La culpa es una emoción intensa, responsable de las sensaciones de depresión, fracaso, comparación y desgano. La culpa se siente como un dedo gigante que te apunta, te acorrala en una esquina y te hace creer que todos tus errores o decisiones no han servido para absolutamente nada, cuando la realidad es que la culpa siempre trae un mensaje, el problema es que cuando se junta la emoción + creencias injustas, ahí viene el bucle y el hueco.

Algunos ejemplos de creencias que nos hacen daño junto a la culpa:

-Los “debería”: Debería ganar x dinero, debería tener x relación, debería estarme sintiendo de x manera. Los “debería” son como un manual de vida muy exigente que nos obligamos a cumplir, agotándonos en el camino.

-Filtro mental: Ver solo lo que NO estamos logrando, sin considerar lo que SI estamos alcanzando. A veces salir de la cama, bañarte o pedir cita con tu terapeuta ya son GRANDES logros que merecen ser reconocidos. PD: Quedarte en la cama también está bien

-Generalizar: Un mal día o una mala semana no te define. En ocasiones cometemos el error de generalizar y pensar “es que siempre estoy así”, pero si miramos con un poco más de detalle, nos podremos encontrar con muchos días buenos que se nos olvidan y terminamos metiendo en el mismo saco.

-Asumir: Asumir lo que los otros piensan, que somos una carga, que están cansados, etc. Más allá de si son ciertas o falsas nuestras suposiciones, en medio de una crisis emocional la prioridad debería ser pensar compasivamente en ti, entender que no tienes un botón, que no lo estás haciendo a posta, y no asumir responsabilidad también sobre lo que la otra persona está pensando o sintiendo. En tal caso aquí la comunicación es la herramienta clave, ser honest@ de lo que sientes y tus preocupaciones, preguntar al otro cómo se siente antes de asumir, y hacer un plan en conjunto para transitar la situación.

El verdadero mensaje de la culpa:

El mensaje de la culpa es una respuesta emocional y psicológica que experimentamos cuando creemos que hemos hecho algo mal o hemos fallado de alguna manera. Si nos permitimos el espacio, nos cuidamos, atendemos, y somos compasivos, podremos ver un lado más amable de la culpa y entender cómo mejorar nuestra vida hacía la serenidad, felicidad, o satisfacción.

Algunos posibles mensajes son:

-Señal de conciencia moral: La culpa puede ser una señal de que estamos actuando en contra de nuestros valores o creencias. Puede ser un recordatorio de que necesitamos ser más coherentes con lo que creemos que es correcto. Pero en definitiva es una excelente oportunidad para reflexionar sobre tus valores, no solamente recordarlos sino que tal vez incluso puedes actualizarlos.

Los seres humanos evolucionamos cada día, la vida es un constante cambio. Tal vez nos educamos con determinados valores de nuestros padres o entorno, y tal vez eso ya no resuena con nosotros, o si pero los teníamos olvidados. Como te digo, es verlo como una oportunidad para sentarnos a reflexionar sobre nuestro autoconocimiento. Si esto te cuesta, consulta con tu terapeuta.

Punto de partida para el aprendizaje: La realidad es que lo que la culpa quiere como emoción, es que aprendas de ese error o situación para que lo mejores, evites repetirlo o sencillamente cambies de camino. Por lo cual, si logras verlo con responsabilidad, y no desde el castigo, podrás tener en tus manos una información importante para construir esa vida que quieres y que si te puede generar satisfacción.

Cuando la culpa forma parte de un duelo, llegar a este paso de aceptación y aprendizaje puede tomar un tiempo, porque tu mente está enfocada en la pérdida y te costará soltar lo que ya conocía y era seguro. Ya sea que te hayas perdido a ti mism@, a un ser querido, un trabajo o tu pareja. Pero confía en mí que el día del equilibrio llegará, siempre y cuando te lo permitas y te abras a nuevas maneras de vivir la vida. Paciencia.

-Reparación: La culpa también tiene una función reparadora, principalmente social, nos ayuda a reflexionar cuando hemos hecho daño a otros, nos ayuda a disculparnos y conectar con la humildad, en definitiva nos puede ayudar a ser mejores humanos y eso es muy lindo. Aunque la culpa te hace sentir como el peor ser humano del mundo, creeme que si piensas en los demás, eso ya habla demasiado de ti. Habla de que tienes conciencia, y ya solo por eso deberías darte mérito.

¿Qué hacer para transformar la guerra interna en paz?

¿Cómo dejar de castigarme con la culpa?

  1. Lo primero que tienes que recordar es que eres un SER HUMANO, no eres perfecto, estás diseñado para cagarla, aprender y continuar. Nadie viene con manual y evolucionar es maravilloso. Tienes todo el derecho, permítetelo.
  2. .Haz las paces con tus sombras y con esas emociones que sientes que «no te pertenecen». Ser neurótico, ansioso, intenso, apasionado, de enfadarte fácil o ser muy sensible también tiene sus ventajas. Forma parte de ti y hay que HONRARLO, no castrarlo. Y si acaso queremos que esto disminuya o mejore, lo tenemos que hacer desde la aceptación, no desde la lucha, porque solo estimularás el conflicto interno.
  3. Autocuidado: Cuando sientas que tu día no va cómo lo esperado, en vez de cuestionarte y criticarte por sentirte de determinada manera, pregúntate, “¿Qué necesito?”, “¿Cómo puedo acompañarme hoy?”, “¿Cómo puedo cuidarme y mimarme?” , créeme que cambiará la relación contigo misma.
  4.  Soltar cuando no encuentres las respuestas lógicas que buscas: El conocimiento nos da alivio, entender de dónde vienen nuestras emociones, pero en ocasiones será complejo de entender y no dependerá únicamente de nuestra parte psicológica. Es importante que recuerdes que somos seres BIOPSICOSOCIALES, por lo cual a veces dependerá de nuestra genética, fisiológica, ambiente, clima, personas que nos rodean, etc. Por lo cual, si no entiendes el origen todo el tiempo, no pasa nada, igual tu cuerpo está necesitando de lo mismo, de descanso y de cuidado. No necesitas justificar todo el tiempo el porque te sientes mal.
  5. Sigue trabajando en tus fortalezas, en lo que si se te da bien: Enfócate en esos aspectos positivos tuyos, en los hábitos que te hacen feliz, en las personas que si te aceptan por lo que eres. Que tu corazón esté más ahí, en lo que ya eres 💜
  6. Terapia: Soy gran fan de una buena terapia, porque como tú, también he sido mi peor enemiga. Y la terapia siempre ha sido ese espacio seguro donde puedo cambiar la perspectiva sobre mi misma y construir nuevas creencias más saludables. Si necesitas una terapia que te ayude a conocer tu mejor versión, transformar los errores en aprendizajes,  vivir más desde la responsabilidad, y menos desde la culpa, agenda una primera sesión informativa AQUÍ para ayudarte a VIVIR MÁS.

Espero que este artículo te ayude a gestionar tu culpa de una manera más serena y efectiva, también recuerda que no es algo que tengas que resolver de un día a otro así que paciencia con tus procesos.

Un abrazo,

Diana

«No puedo cambiar la dirección del viento, pero puedo ajustar mis velas para llegar siempre a mi destino.» – James Dean

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