¿Cómo gestionar la ansiedad por la guerra?

¿Cómo gestionar la ansiedad por la guerra?

Una guerra en 2022.

¿Quién lo iba a pensar?

Pero la realidad es que si está pasando y que está generando consecuencias a nivel global en nuestra salud mental.

Para hablarte de soluciones primero tengo que hablar del problema

Mentalmente venimos más frágiles, la pandemia que inicio en el 2020 apenas comienza su fin y no hemos tenido tiempo de recuperarnos al 100%. Entonces sí, es un antecedente importante y que hay que tener en cuenta.

A esto hay que sumarle lo globalizados y digitalizados que estamos, porque desconectar de un problema que está ocurriendo a decenas de kilómetros no es tan fácil hoy en día. Con los vídeos e imágenes a los que tenemos acceso, es sencillo involucrarnos al punto de creer que está pasando en nuestro -aquí y ahora- y empatizar al punto de sufrir como si el daño se lo estuvieran haciendo a nuestros hijos o familiares.

Y por último está el factor de la incertidumbre, factor que también nos generó problemas en salud mental durante la pandemia, el no saber con certeza cuando va a parar esto.

Dicho esto, es importante darle cuidado a nuestra salud mental y prevenir mayores consecuencias para el futuro, así que hablemos de soluciones

1) Es normal sentir ansiedad, frustración, tristeza o miedo. Entonces lo primero que necesitamos es validar nuestras emociones, y permitirlas. Sobre todo si tienes amigos o familiares en Ucrania o Rusia. Una manera de hacerlo es hablar con nuestro entorno, llorar, escribir o drenar de la manera que sea útil y sano para nosotros.

En este punto también es necesario cuidarnos y evitar caer en consumir alcohol, drogas, comida en exceso o cualquier otro hábito negativo que nos genere “placer” en el momento pero problemas en el futuro. Apoyarte de tu entorno será mucho más saludable o útil, si no cuentas con ello, intenta contactar con alguna ONG o un profesional de tu preferencia. (Más abajo les comparto datos).

2) Hay que gestionar el catastrofismo y la anticipación: Sentiremos el impulso de visualizar el peor escenario y adelantarnos, adelantarnos a que el mundo se va a acabar, a que económicamente nos viene una crisis gorda, a pensar en todas las desgracias que están experimentando los refugiados, etc. A todos estos mecanismos mentales hay que darles PAUSA y te voy a explicar el por qué. Podemos darle cuerda suelta a nuestra imaginación y pensar, pensar y pensar, pero realmente puede ser inútil y contraproducente, y la razón es sencilla: NO PODEMOS ADIVINAR EL FUTURO.

Mi recomendación es que hay que esperar, no podemos negar que habrá consecuencias para todos, pero tampoco podemos confirmar que todo será oscuro y tenebroso. Y algo similar experimentamos en la pandemia, cuando comenzó, muchos de mis pacientes estaban en el catastrofismo, y hoy en día, 2 años después, te puedo asegurar que muchas de sus pesadillas más oscuras no se hicieron realidad. Hoy 2 años después hemos logrado disminuir la mortalidad, tenemos vacunas, medicamentos y profesionales con mayores conocimiento del virus. Hoy en día económicamente estamos más recuperados y con menos restricciones. Hoy en día estamos superando la pandemia.

Y probablemente así superaremos esta guerra. Con adaptación y resiliencia. Porque así somos los humanos. No es la primera vez que sufrimos, no es la primera crisis que atravesamos. Estamos preparados para resistir, sobrevivir y reponernos. Así que confía y bájale volumen a los peores miedos.

3) Mi otra recomendación es hacer dieta de noticias, esto ya lo tendrás más identificado porque se habla mucho de ello, pero vale la pena recordarlo. ¿Tenemos que estar informados? Sí . ¿Tenemos que ver las noticias todo el día? No.
Esto incluye también hacer dieta de las redes sociales, y no únicamente de los canales de noticias. Hoy en día el tema está en todos lados, en Podcasts, Youtube, Facebook o Instagram.

Algo que les está funcionando a mis pacientes es apagar el móvil a las 21h, quedarse con una peli o libro, y descansar con mayor tranquilidad. Haz tu dieta a tu manera, pero recuerda -disminuir las horas de consumo de noticias- y tener momentos de descanso mental.

4) Mantén tu rutina: Esto puede ser difícil porque si estás sufriendo de ansiedad, tal vez estás durmiendo peor, te levantas con tristeza, algunos se sienten culpables de poner música o hacer ejercicios porque otros están sufriendo. Pero no. Lo ideal y necesario es que continuemos con nuestras actividades cotidianas. Respetando a los demás, pero recordando que nuestro sufrimiento tampoco salvara al mundo. No es necesario autocastigarnos, no es una manera sana de empatizar.

Si nos cuidamos y estamos bien, podremos escuchar con mayor atención a nuestro entorno, podremos participar en actividades que promuevan la paz, podremos seguir trabajando y ayudando económicamente si podemos, etc.

En definitiva, estar bien es positivo para el mundo, incluso en medio de noticias de guerra.

5) Ayudar a otros nos ayuda: El comportamiento prosocial que estamos viendo alrededor del mundo y en redes, es muy positivo e inspirador, es un recordatorio de que a pesar de la maldad, el humano puede ser bueno y apoyarse en comunidad. Esto es hermoso. Y hay que seguirlo promoviendo.

Algunas maneras de hacerlo:

– Compartir noticias verificadas, evitar compartir bulos o noticias amarillistas.

– Evitar la rusofobia: En Rusia también hay personas silenciadas y sufriendo las consecuencias de la guerra, empatizar con ellos también es necesario.

– Donando o promocionando a ONG’s que están ayudando a los ya 2 millones de refugiados y personas en Ucrania, te dejo algunas verificadas pero hay muchísimas en toda Europa:

– Dependiendo de tu lugar de residencia, podrás encontrar convocatorias o colectas de donativos como: Ropa, juguetes, comida o material sanitario. Yo he podido donar muchas cosas de mi hijo en el consulado de Ucrania en Barcelona, puedes investigar en tu ciudad.

– Participar en protestas o manifestaciones que promuevan la paz y parar la guerra también es un gesto de solidaridad y acompañamiento a los Ucranianos y al mundo.

– Brazos abiertos con los refugiados: Tratarlos con igualdad, ayudarlos a la adaptación de nuevos idiomas o culturas, brindarles oportunidades de estudios o de trabajo, etc. Esto dependera de tu ubicación y posibilidades pero si los puedes incluir, seguro que los ayudarás gratamente.

Yo emigré de Venezuela en 2014, huyendo de la dictadura, y no puedo describir la gratitud que siento por todas las personas que me ayudaron a mi y a mi familia tanto en Londres como en España. Nunca me sentí extranjera o inmigrante. Siempre me sentí una más. Así que por experiencia propia te digo que el calor humano y el trato de calidad es medicinal.

¿Cómo gestionar la ansiedad por la guerra?

Por último, pero menos importante, ayudarte a TI

Ten en cuenta que aunque no estemos al frente de la guerra en Kiev, igual podemos exponernos a crisis de ansiedad o estrés postraumático. Es indispensable darle valor y cuidado a nuestra salud mental. Prestar atención a nuestro entorno, a las señales de seguridad que tenemos en el presente, darle tiempo al ejercicio o paseos en la naturaleza, permitirnos reír o jugar con nuestros hijos, etc.

No descartes buscar ayuda psicológica si la necesitas.

La Cruz Roja ofrece un servicio de atención telefónico gratuito en España:

900 107 917

Si quisieras recibir ayuda psicológica de mi parte puedes contactarme aquí.

Si eres psicólogo y me lees, recuerda cuidarte tu también, vivimos momentos difíciles y también somos humanos.

¡Abrazo y ánimos para todos!

Deseo de corazón que esto pase pronto.

Scroll al inicio